-Los hallazgos de tu amigo Barrowghs han causado sensación en mi ámbito profesional. Pronto tomará el Cavecania Express un tropel de paleógrafos, historiadores del arte, antropólogos, latinistas y demás. Se proponen examinar los documentos in situ, así como entrevistarse con Rufino Mesa. Esto último se debe a que hay, por el momento, veintiocho mil trecientos catorce artistas contemporáneos que afirman ser autores de lo que califican de gigantesco canular.
Las primeras y apresuradas hipótesis apuntan a que los documentos son auténticos. Así, la vasija me ha permitido comprender un pasaje del texto cuyo significado no lograba desentrañar; el palimpsesto confirma la tesis, largo tiempo desechada, de que la imprenta fue inventada en Catai o Cipango, y sería conocida en Cavecania por la feliz visita de Mosesba San; por otra parte, un texto de Pausanias afirma que los escultores griegos faltos de inspiración viajaban a occidente, a un país lejano (Gaia) cuya principal manifestación de arte plástico era la de componer grupos y permanecer inmóviles durante días ¡No te digo cómo se han puesto al ver el grabado del Laocoonte!
Preguntéle a qué se debía la disparidad ortográfica: ¿era “Gaeiumbari” como en su traducción o “Gaieumbari” como en los documentos?
-Esto último es lo más probable. Lo cierto es que la copia de la que dispongo está escrita en alfabeto ciruélico y no es fácil desentrañar las equivalencias fonéticas, si bien hasta tú habrás de notar que ambas palabras se pronuncian de modo casi idéntico.
Luego me dijo que deseaba revisar la traducción y que, por favor, me fuera a tomar por culo. Pasé por alto la grosería ante la perspectiva de lograr nueva información sobre nuestra comunidad.
Así que ya sabéis, compaes: pronto tendréis visitas.
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