lunes, 25 de agosto de 2008

Cantata de Santa María de Iquique. Primera aproximación

En el curso 77-78, en el Santulalia, no sé quién tuvo  la idea de representar la “Cantata de Santa María de Iquique”, de Quilapayún (no sabíamos que era de Luis Advis).

La convocatoria fue exitosa: éramos unos cuarenta. Imposible recordar los nombres y los rostros de todos ellos (hace treinta años, y yo he dilapidado gran parte de mis escasas neuronas). Estaba Tenti, estaba Mamen, estaba Manolo, que hizo el Rucio (“Usted, señor general, no nos entiende, seguiremos esperando, así nos cueste”).

La elección del narrador no representó ningún problema: en la prueba, recitó Moisés Bazán y fue ruidosamente aclamado por la humanidad enfervorecida: “Si contemplan la Pampa y sus rincones verán las sequedades del silencio, el suelo sin milagro y oficinas vacías como el último desierto”.

Al principio, en la música sólo estábamos Yayi, Alicia, Andrés Domínguez y yo. Pero eso no tardaría en cambiar.

À suivre.

 

Que yo sepa, no hay documentación sobre este evento, por lo cual subiré lo que me dé la gana.

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