Una travesía finitunelar, que páije mostrar monotonía tras los garbanzos.
Un día, más que dida, vesperta en el océano glacial ánico sin más excmo. avitayamiento que el constante regorjite de la morcilla y el choro recién ingesto.
Unos meneítos en las corrientes góznicas con parada para la meada en un nidal de litogrifos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario