Iba a elaborar un siñograma pero al alba remonté el rido
hasta el vigoroso lacumen que forma media legua adebajo la Fontana del Gozne .
Un calorato del fin de los tiempos amenazaba con hervirme
sesura y sabrosura.
Me acerqué a la sombra de un aliso entre la zarza floridda,
los algarrobos, los poleos onagreros y los tochos ocalixtos.
Oí humanos y quizá el ladrido de un can.
Aproximéme y en la ribera umbría unos zagales que paseaban a
sendos galgos a dors.
Les referí la vicción en mnvs. pretéritas de una rapaz
blanca con franjas cebriles en alas y pechera.
Que el milano bonito era fácilmente reconocible por su cola
en V.
Éste elegante y enorme ejemplar la tenía en forma de C.
De ahí mi ansiedad y angustia por voltar a vello pos a tó
los técnicos que consulté le parecía extraño que anduviera por allí halcón
pelegrino, aguilucho lagunero o águila pescadora.
-
Sí, sí, sí… Ésa es el águila culebrera.
Sentenció taxativamente el galguero.
Sin más, avancé a toda pala hasta diegar al
paradisíaco paraje, meandro sagrado del
aguilismo aónode pude daguerrotipar – con fuerte inestabilidad a causa de la suelta
matachélica – la maravilla de las maravillas aladas.
Lo pequeño que eres en la frágil balsa ante
el amenazante oteo clavado de las rapaces que sobrevuelan mostrándote que son
lords rédies del hábbua ánica y asesinachélica
Éste sí es milano bonito
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