Que veinticinco años no es nada - 2 - V.O. Subtitulada por Vladi Mantero

Mentiría si enumerara sus nomes e cognómines:
Eulalio, Lalo, Lalocoonte, Paco, Uladislav…

Paco, Paco, Paco, Jose Luis, Claudio….
La historieta parecíame de Goscinny

El Congreso Universal de la Cavecania se había centrado en un solo tema o lema, el Adviento de Abollinaire a territorio sacrosancto.
Quedaba fresco pero atrás ya illo tempore la gloriosa función almaridi de hacía escasas 48 horas hábiles y quasicoetaneaba y contemporanizaba con Mossesba en foro mnorbo.
A pique de la 19,25 arribé a la recepción de Lotel en el que Eulalio había zapatofoneado comunicándome su reserva para cinco, pol el budho te la jinco, magnificentes cavecanos, otrora y otrosí pluscuamambíguos de nuestro Mester Lálico-Pohollinaceo.

La historieta parecíame de Goscinny o de Uderzo, monta tánato…

El rincontro comenzaba en banquete.
Bandejas plenas de costillares jabalinos poblaban una ménsula interminable bajo toldo medieval.
Rios de moscatel, pitarra, cariñena…
Mares y Océanas de Espaciadas rubias y espumosas gasulencias…
Más bebercio y más risotadas resonando en las casas recien encaladas.
Noche calurosa de noviembre con nubes de longaniza artesana recién asada.
Plenos hasta las trancas de bon yantar y magno espaciar corrimos a la búsqueda del ansiado pulpo, que trocamos en última instancia por exquisita pesca y marisconada.
Se siguió degustando y empancinando la tripa y el intelecto surtiéndolo de variopintas charlas salteadas con más birra pre-vodkiana.
Enseguida comenxaron los primeros cánticos y vítores a la Cavecania.
En cada rincón de la veterana urbs se dejaron los ecos del advenimiento general de Lalo y los suyos, ya, irremisiblemente nuesos.

Cual cortejo alejandrino pasóse bajo el Arco Trajano en emotiva estampa.
Doblamos rumbo oeste hacia la esquina del viejo hospital, onde nos daguerrotillamos.
La expedición bajó a los infiernos bírricos de la cádie San Salvador y adyacentes para a denuedo partir con estucor hasta plazoleta Jta. María y por máiquel ende a la Plaja, onde desde el angulo de la plajal Rastro penetrar en Dihón Lennox.

Todo el luengo paseíllo en aras de los mejores chistes y chascarrillos cavos, en desvelamiento de secretos a voces y en desmesura tocaculera asexuada.
Qué frenesía, cuánta camaradería y displicencia amistosa
Cuanto entrecruce de cables, cuán alta tensión fraterna…

Como en una entronización antropológica, al filo de lo megalítico, el advenimiento de Lalo se convertía en un paseo triunfal por la geometría ruària

Por momentos llegaba a pensar que lo que vivíamos era una representación real de la puda novela pero no hubo tiempo ni de coger el tranvía a Palangar ni de desarrollar actividades herme-mnáuticas pues la sucesión de actos festivos no daba lugar a éstos pequeños actos previstos en el protocolo oficial de la Diegada Enormísima de Lalo a La Cavecania Arcaizante.

( … )

Continuará.
Estamos agora mesmo en la hora 6ª desde la Gran Diegada Universal Lálica.