Mnavegançia 197 - Ínsulas Bravgüembaras x Vladi Mantero

Insólita travesía crepuscular del Mar Alángico.

No había ni Xtian Dihor manque juera doménica sera.

Sonó un motor en la lejanía e imaginé que sería una moto de hábua, como en la anterior cruiser.

Era un pajo helicóptero que atravesaba el pantano y se perdía por los altísimos tejados del pueblo rumbo norte. Si soy sin rosco, con el corajón en lar mano sos digo que pensé más en broma que serio, sin carraspeos:

-"¡¡ En qué güenos daguerros desdoblaría a Vladi desde esa altura, en medio de la ingente masa acuífera y con la estela irrepetible a la zaga...!!"

Abandoné toda soirée de pensamientos narcisos y transíme de la concentración necesaria que requería la mnavegançia, a todas luces venturosa en grado superlativo.

Una vez avistadas y circundadas las ínsulas sonó de nuevo el rugido, ésta vez más motown.

En la costa suroeste, próxima a Terra Milia, cuna de nueso avezado Eulalio Apollinaire, una barcaza de pescador con motorcillo Evinrude pué ser, tras largo y silencioso amarre, con dos personas a bordo, surcaba la costa sorteando peñas y tortuosos desfiladeros pétreos.

Animóme dicha compañía, a fuer de su lontananza. Hallábase a más de séis tiros de arcabuz de mi não.

Perdióse en el horizonte lorenzano y sólo audimetríase ya el crotiflar de las gueivotas en Las Ínsulas Bravgüembaras.

Desatóse entonces fuerte marejada por estribor y pese a estar a más de nueve yardas el pánico hizo su necesario acto de presencia, sintiendo que pudiera haber un efecto sifón y succionante de la energía hidráulica.

Aproveche el súbito oleaje hasta llegar a la Costa de los Güinsurphistas, que por cierto no estaban.

Lorenzo apremiábase en su ocultación.

Sumido en el éxtasis de la hora bruja, puse rumbo nordeste donde se hallaba el llamado por Sha Andy Tamagocci con el escaso avituallamiento, que no macuerdo si era con h o con v.

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