Maraweblloso, mariavilloso, marialbelloto, asín ha sido el 08 para La Tabla

El ganadero Dam Grima (pronúnciese greim) no atendió a las severas súplicas de Eulalio.
Movía el báculo crisoelefantino una y otra vez en sentido longitudinal, quebrado, espiral, campaniforme, intentando amedrentar al traductor y al bueno de San, que, con los geranios recién regalados sentíase perplejo y violentado.

-"No digáis nada, kayakd y seguidme", rugió el ganadero-editor, golpeándo con la punta metálica del bastón contra el suelo de piedra y cemento-cola. Las chispas del impacto calcinaban los bordados de la túnica protocolaria mossesbana.

-"Ni caso, San, que éste nos quiere meter en una encerrona."

De nuevo, Grima agitó el báculo, puso los ojos en blanco e invocó una especie de letanía apenas audible. El impresor cipangués dejó caer la maceta sembrando el suelo de geranios salvajes y abono star plus de Gallina Blanca. Fuera del chozo, las bestias bramaban por su alimento.
Eulalio tomó una trompetilla de latón mate y se la aproximó a la oreja.
"No es momento de escuchar el carrusel deportivo", pensó San.

Los temores de Eulalio Bohoyino se confirmaron mientras enviaba en morse por zapatófono las extrañas frases del colgao de Dam a la Facultad de Leizpitz a la atención de Nuña, la gatedrática que tenía tanto luto en la uña.

Al parecer, la mala bestia de Damien se autohagiografiaba en precávico:


"El primer pepe que vi
fue el de mi vecina meando.
Rojo común tomate y henchido
como una fuente regando.

Por la cera los chorros corrían
y jugábamos a las carreras
el longui de nuevo me hacía
pa ojear, qué bien, la tomatera."


¿Será necio y obtuso este tiparraco? - pensarían al unísono nuestros dos antihéroes.
A qué juega?
Querrá ganarse nuestra amistad con anecdotas de su infancia para que caigamos en sus redes y luego darnos el palo?

No había tiempo material para resolver tantas cuestiones.
Unos chillidos y lamentos en la lejanía alertaron a los viajeros que muy cerca de allí estaban Baia y Komostala.


(...continuará)