miércoles, 16 de julio de 2008

En mi caso concreto, el nexo

de unión fue Pedro Campos. Él y yo íbamos al instituto Santa Eulalia. Los demás, a Salesianos.

Pedro era un tío ocurrente y divertido. Le gustaban la caza, la guitarra y el barco de Fernando. Se fue a vivir a Cáceres más o menos al mismo tiempo que yo a estudiar. En sus años de universitario, se caracterizaba por elaborar detalladísimos planes de cómo se iba a preparar su siguiente examen: “Me levanto, pin pan pin pan, me ducho, desayuno y me estudio un tema”. También se caracterizaba por modificar los planes, sobre la marcha, a medida que iba dejando de cumplir la última parte. Con el tiempo, se dejó perilla y empezó a fumar en pipa.

Entre otras muchas cosas, coincidíamos en nuestro gusto desmedido por las canciones de Hilario Camacho. "Mis pies pisan la roca, mi cabeza  sobre nubes va flotando" a grito pelao.

No sé por dónde anda.

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